Quienes hace escasas fechas calificaban como extraordinario éxito para España el haber conseguido para la banca un rescate directo y sin condiciones para los ciudadanos. Quienes sin rubor se jactaban de la "victoria" de Rajoy sobre Merkel, que traería cuantiosos beneficios para nuestro país, nos encontramos que se ha destapado el auténtico rostro de su vergonzosa claudicación ante los mercados, traicionando los intereses de los ciudadanos españoles.
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El Sr. Rajoy ha venido de Europa usando el látigo contra la inmensa mayoría de hogares españoles, mientras trata con guante blanco de seda a los ladrones defraudadores de cuello blanco y dinero negro.
Cada palabra del Sr. Rajoy, jaleadas sin vergüenza alguna por los diputados del PP, ha caído como un hachazo cruel contra los derechos de los trabajadores y sectores más vulnerables de nuestra sociedad.
La pasada semana se aplicó una férula de hierro al conjunto de los trabajadores a través de 35 medidas que acaban con la poca credibilidad que le quedaba al gobierno del PP. Bajo su lapidaria frase de "los españoles no podemos elegir si hacer o no sacrificios. No tenemos esa libertad", el Sr. Rajoy pretendía ocultar la triste verdad de que él si tiene la libertad para elegir quienes van a ser los paganos de esta crisis. Él ha hecho su clara apuesta ideológica. Elige recortar en el sexto mes las prestaciones por desempelo a quienes no tienen más ingresos que su paro mensual, permitiendo que el sueldo medio de los Consejos del IBEX sea de 7.5 millones de euros, un 5% más que en 2011. Si tiene que elegir, aplica mano de hierro a funcionarios y empleados públicos quitándoles la paga extra, que supone una rebaja del 7% de sus retribuciones anuales, y aplica el guante de seda a los 482 altos directivos del IBEX que ganan 522.000 euros de media, un 4.4% más que el año pasado. Se suprimen programas de empleo, mientras se mantienen costosas misiones militares en el extranjero que solo en 2011 costaron 861.3 millones de euros. Pudieron elegir no hacer un primer recorte persiguiendo el fraude. Y el PP prefirió acabar con el escaso Estado social existente. Pudieron optar por no hacer un segundo ajuste duro. Y el PP optó por ensañarse con los más débiles.
Siempre se elige a los mismos. Se recorta a quienes hacen posible el derecho social de ayuda a la dependencia, se eliminan las deducciones por compra de vivienda y se sube el IVA al 21%, provocando una nueva oleada de despidos en nuestro país. Mientras en otros países europeos ponen en marcha redadas contra evasores que operan en paraísos fiscales, el PP pierde pie para tender una alfombra de amnistía fiscal a los defraudadores.
Guante de hierro para quienes luchan por su futuro; contra los educadores, los sanitarios, contra los mineros a los que primero se les tacha de "grupos antisistema" y luego se les reprime en esta nueva doctrina del shock que tiene en el ajuste duro y en la pérdida de derechos sus pilares fundamentales. Si se callase el ruido que el PP ha organizado, veríamos que no se trata solamente de recortes, sino de pérdida de democracia, de acallar por la fuerza no que no se puede explicar con palabras. No se trata de perder un 30% de ediles en los ayuntamientos. Se trata de eliminar derechos, de perder poder ciudadano, de secuestrar la democracia. De acabar con todo.
Ante este estado de cosas, sólo cabe la actitud de contribuir con todas nuestras fuerzas, individual y colectivamente, a organizar una respuesta cívica, pero contundente, de un pueblo en pie de lucha por la justicia social y sus derechos laborales. No es tiempo de miedos ni resignación. Es tiempo de lucha, de respuesta, de movilización popular. No podemos, como andaluces, asistir resignados al desmontaje del Estado Social y Democrática a golpe de Derecro-Ley como pretende hacer el Partido Popular. Es la hora de la calle, de la rebeldía.
Cada tajo, cada plaza, cada pueblo y cada ciudad a lo largo y ancho de Andalucía deben ser un clamor que reclame todas las aspiraciones de justicia económica y social que contiene el Estatuto de Autonomía de Andalucía.Que exija un giro social y una salida alternativa a esta crisis que no hemos generado, que construya a través de la movilización y la participación un nuevo tiempo político.Si queremos, podremos volver a romper el guión sombrío que algunos trazan para nuestra tierra.
Compañera, compañero, a esa lucha te convocamos. Ese es nuestro reto.
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