Mientras todo esto acontece, nuestro equipo de gobierno duerme el "sueño de los justos". No solo no pone medios para intentar controlar el botellón, sino que parece que hasta se siente cómodo con esta nueva moda juvenil; claro, MIENTRAS ESTÁN BEBIENDO NO ESTÁN PENSANDO y si no piensan yo puedo gobernar a mis anchas.
Si queremos basar la sociedad del futuro en el hedonismo y perdemos el poder crítico, reivindicativo y solidario por el que nuestros antepasados lucharon, retrocederemos unos cuantos siglos, volviendo a aquel tiempo en los que la vida se resumía en "PAN Y CIRCO".
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