Llevamos ya demasiados meses escuchando la palabra CRISIS, y oírla día sí y día también , por la mañana, al mediodía y a la noche, nos ha vuelto un poco insensibles ante ella. Nuestra mente quiere pensar en cosas más agradables y dejar de lado todas esas preocupaciones que ha traído consigo. Pero que no la queramos ver no significa que no esté ahí. Se está convirtiendo en una pesada compañera de nuestra vida cotidiana, un lastre que nos afecta a todos , hasta a aquél que cree que está a salvo de ella.
Nuestro municipio, tradicionalmente agrícola ,se apuntó al carro de la explosión inmobiliaria en la que los señores TrincaLaPasta y demás amiguetes ayudaron a que nuestro nivel de endeudamiento familiar se multiplicase y nosotros, que siempre nos hemos merecido lo mejor, también creímos que en el consumo desbocado, estaba la felicidad. Así que decimos gastar lo que teníamos y lo que no teníamos.
Pues he aquí que cuando se cierra el grifo, empiezan los problemas, sobretodo en un perfil de familia de matrimonios entre 25-45 años,1 o 2 hijos, con una casa hipotecada, con uno o dos préstamos personales para muebles, electrodomésticos, coche, viajes, etc. Cuando empieza a faltar el dinero para hacernos nuestras casas, el sector afectado es la construcción y sus trabajadores. Pero ese es sólo el principio de un efecto dominó que arrastra consigo a muchas actividades directamente relacionadas con la edificación, como carpintería, electricidad, pintura, herrería, venta de muebles, etc. que ven cómo mengua el trabajo y en algunos casos se ven obligadas a cerrar despidiendo al personal. Y sin olvidar, el dinero que nuestras Administraciones dejan de gastar, de una forma u otra, en sus ciudadanos!
Entonces la falta de ingresos se extiende por Villatorres, tanto para trabajadores que ejercen sus profesiones en nuestro municipio como para los que salen a localidades vecinas a trabajar. Y esto es un no parar, porque como tenemos menos dinero que antes para gastar se empiezan a notar las consecuencias en sectores que poco tienen que ver con la construcción. Cuando llenar la nevera se complica tenemos que empezar seleccionar en qué empleamos el dinero que entra en casa: ya no podemos bajar a los bares como antes, ni irnos de vacaciones, ni comprar un cuadro, gastamos menos en ropa, no podemos llevar el coche al taller, no nos peinamos cada semana y ahora cuando vamos a la tienda compramos lo justo. De forma, que de una forma u otra, todo nuestro municipio se resiente , hasta para aquellos que creían estar al margen .
Pero, la realidad más cruda viene cuando recortar gastos no es suficiente y tenemos que empezar a dejar de pagar cosas. Todo se complica un poco más en las casas, porque como decía la canción: “cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”, y las relaciones familiares y con el resto de vecinos se resienten porque ya sabemos que el dinero no da la felicidad...pero ayuda tanto! Empezamos a dejar de pagarnos los unos a los otros en nuestros negocios, en nuestras tiendas, nuestros impuestos , y... ay del que tiene que dejar de pagar al banco o a la caja de ahorros!. Los embargos llegan a nuestro municipio, despojándonos de nuestros bienes y golpeando directamente en nuestro corazón. Éstos son demasiado frecuentes últimamente y son la cara más amarga de todo este terremoto económico.
Todo esto y muchas otras consecuencias que estamos viviendo en nuestra propia piel conforman esa crisis de la que tanto oímos y si miramos detenidamente a nuestro alrededor, seguro que encontramos más gente de la que pensamos para los que la palabra crisis no pasa desapercibida. A todos, ÁNIMO!
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